Traductor

lunes, 10 de noviembre de 2014

Partos y más partos...

¿Cómo influye la analgesia epidural en el bebé?

La analgesia epidural NO tiene efectos directos sobre el bebé. Al evitar el dolor, evita la respuesta de estrés que el dolor produciría en la madre y las posibles consecuencias sobre el bebé.
La analgesia epidural estabiliza la fisiología materna durante el trabajo de parto mediante mecanismos que incluyen:
  • disminución del consumo de oxigeno,
  • aumento de la presión de oxígeno en la sangre,
  • normalización de la ventilación,
  • menor acidosis,
  • menor secreción de catecolaminas,
Todas ellas favorecedoras del medio intrauterino.
De igual forma, son varios los efectos que sobre el recién nacido realiza la analgesia en el trabajo de parto:
  • menor riesgo de trauma dado por la relajación del periné,
  • no se acompaña de riesgos potenciales para el feto en comparación con la analgesia intravenosa, como disminución de la variabilidad latido a latido de la frecuencia cardiaca fetal y la depresión respiratoria neonatal,
  • mejora el riego sanguíneo intravelloso al disminuir la resistencia vascular útero-placentaria,
  • aumenta la oxigenación fetal intrauterina.
Esta analgesia es la favorita para los casos de disfunción placentaria, prematuridad, presentación de nalgas y embarazos múltiples.
En trabajos prospectivos recientes se ha demostrado que las técnicas regionales actuales de analgesia no se asocian con efectos adversos neonatales. No se producen efectos adversos ni sobre el feto ni en el recién nacido, siendo especialmente beneficiosa en partos con fetos pretérmino ya que evita el uso de analgésicos narcóticos y disminuye la presión del canal del parto sobre el polo cefálico fetal.

¿Puede influir la analgesia epidural la hora de dar el pecho?

El uso de la analgesia epidural no condiciona el éxito o el fracaso de la lactancia materna, sino que influyen más las prácticas de apoyo posteriores al parto.
No se encuentran diferencias estadísticamente significativas en la duración total de la lactancia materna en los seis meses posteriores al parto.

La influencia de la analgesia epidural en el trabajo de parto: ¿Aumenta el tiempo de dilatación y expulsivo en las pacientes con analgesia epidural?

La duración de la “fase de dilatación” prácticamente NO se ve influenciada por la epidural. Sin embargo, puede prolongar la “fase de expulsivo” por cambios en los reflejos de pujo, aunque el buen control del dolor de parto favorece la colaboración de la madre en el parto.
Las causas que motivan una mayor duración del expulsivo son un mayor retraso en la rotación espontánea fetal, una posible disminución de las contracciones uterinas y de la sensación de pujo, y un diferente manejo del citado periodo por parte del personal responsable del parto.
En las mujeres con analgesia epidural se puede retrasar el inicio del pujo activo hasta dos horas desde que alcanzan la dilatación completa.
El aumento de las duración del expulsivo no aumenta las complicaciones del recién nacido.
 

¿Es posible el pujo activo en las pacientes con analgesia epidural?

Con nuestra experiencia en el manejo de las pacientes con analgesia epidural durante el parto, conseguimos un menor grado de bloqueo motor y una mayor sensación de pujo con la misma satisfacción en el alivio del dolor por parte de la mujer. Esto posibilita un pujo activo eficaz y satisfactorio.
En los casos con muy escasa o ausente sensación de ganas de pujar, se suple con ayuda constante por parte de la matrona responsable del parto.
 

¿Aumenta la tasa de parto instrumentado en las pacientes con analgesia epidural?

Hay varias causas que motivan una tasa algo mayor de parto instrumental (ventosa y fórceps) en estas mujeres, aunque nuestra experiencia en su manejo hace que su repercusión sea mínima.
Se busca siempre el mínimo bloqueo motor y la máxima sensación de pujo tolerada por la paciente. Esto junto con el acompañamiento de la matrona durante el periodo de expulsivo, consiguen un pujo eficaz.
La mayor frecuencia de distocias de rotación, con el consiguiente aumento de  expulsivos prologados, hace que modifiquemos en esta paciente el manejo del pujo en expulsivo, con el objetivo de disminuir el número de partos instrumentados. En ausencia de compromiso fetal, dinámica uterina adecuada, buena colaboración de la parturienta, y ausencia de factores que lo contraindiquen, se acepta como duración normal de la “fase de expulsivo” una hora más en las mujeres con analgesia epidural que en las mujeres que no la llevan.
 

¿Aumenta la tasa de cesárea en las pacientes con analgesia epidural?

Los estudios confirman que NO aumenta la tasa de cesárea en las mujeres con analgesia epidural durante el parto. En caso de realizar una cesárea urgente, en la mayoría de los casos se podrá utilizar el mismo catéter epidural para evitar el dolor de la cirugía.
 

¿Está relacionado el sondaje vesical con la analgesia epidural?

Sí. Durante la anestesia epidural se pierde el reflejo de micción (no siente las ganas de orinar aunque la vejiga esté llena) y debido a los sueros intravenosos que se usan puede ser necesario el vaciado de la vejiga mediante un sonda vesical desechable. No obstante, se procuran realizar los mínimos posibles.

¿Qué efectos secundarios puede tener?

Como recomendación general ante cualquier situación en la que haya que “invadir” el cuerpo, hay que leer muy bien el consentimiento informado, que debe ser entregado antes del parto. Todas las mujeres tienen derecho a recibir información verbal y escrita sobre la técnica, y tener la oportunidad de resolver cualquier duda que tengan al respecto.
De forma resumida, pueden presentarse los siguientes efectos secundarios:
Con relación a la técnica:
  • Hipotensión arterial (por este motivo, que es muy frecuente, hay que canalizar una vía venosa y perfundir gran cantidad de líquidos antes de poner la epidural).
  • Punción accidental de duramadre. La duramadre es una membrana que recubre la médula y las raíces nerviosas. Cuando se pincha, puede salir líquido cefalorraquídeo (que circula normalmente por el interior de la duramadre). Esta salida de líquido provoca dolor de  cabeza intenso. Es necesario mantener a la mujer totalmente horizontal si esto sucede, con la consiguiente dificultad para el amamantamiento en los primeros días. En algunos casos es necesario inyectar sangre en la zona de la punción para tapar el agujero y que cesen los síntomas.
  • Infección del lugar de la punción. Muy raro, pero no imposible. Puede llegar a provocar una meningitis.
  • Dolor en la zona de punción posterior al parto. Aunque no hay estudios que relacionen de forma causa-efecto la epidural con el dolor lumbar, sí que hay un aumento de la frecuencia del dolor de espalda leve o moderado en mujeres y hombres a los que se les ha aplicado una anestesia epidural.
Con relación a su interferencia del parto:
  • Disminución de las contracciones. Aunque no sucede en todos los casos, un elevado número de mujeres presentan tras la epidural un enlentecimiento e incluso una detención, de las contracciones uterinas, siendo necesario aplicar técnicas invasivas, como la rotura de la bolsa o la perfusión de oxitocina sintética.
  • Alteración de la frecuencia cardíaca fetal. Relacionado directamente con la bajada de la tensión arterial de la madre, al bebé le llega menor cantidad de sangre y, por tanto, de oxígeno. Si a esto le sumamos el uso de oxitocina, el registro de la FCF puede verse severamente alterado.
  • Malposición del bebé. Al disminuir la movilidad materna, se dificulta mucho que el bebé encuentre un camino fácil y más amplio por el canal del parto. Esto hace que no pueda salir sin ayuda (de ahí el aumento de partos instrumentales).
  • Expulsivo más largo. Sumando las contracciones (que han disminuidos o parado) a la poca movilidad, los expulsivos son mucho más largos. Esto implica:
  • El tiempo corre y es más probable que se decida instrumentar el parto o practicar una cesárea.
  • El bebé se agota.
  • La madre se agota.
  • El bebé deja de recibir endorfinas. Como la madre no percibe el dolor, no segrega casi endorfinas (hormonas analgésicas naturales). El bebé se queda sólo con la parte dolorosa del parto (el bebé sí percibe el dolor), sin la compensación endorfínica. Sufren más.
  • Incremento de la posibilidad de sufrir fiebre intraparto. Se produce un incremento de la temperatura materna que puede interpretarse equivocadamente como signo de infección. La fiebre durante el embarazo y el parto es peligrosa en tanto que implica también un aumento  de la temperatura fetal. La presencia de fiebre materna desemboca normalmente en una intervención médica para conseguir finalizar cuanto antes el parto (utilización de instrumental o cesárea). Y tras el nacimiento, si el bebé nace también con temperatura elevada o aunque su temperatura sea normal, es habitual su ingreso en la uci para vigilar su evolución, lo que implica en la mayoría de los centros, una separación dolorosa y traumática de madre e hijo.
Con relación a la lactancia:
La epidural no afecta de forma directa a la lactancia en cuanto a que es anterior al inicio de la misma. Sin embargo, afecta indirectamente porque:
  • Favorece el edema de las mamas (por la perfusión de líquidos intravenosos para contrarrestar la hipotensión), dificultando el agarre.
  • Dificulta los movimientos en las primeras horas.
  • Los bebés no tienen endorfinas en el calostro, y pueden tener dolor, especialmente si el nacimiento ha sido agresivo (ventosa, fórceps, espátulas, cesárea).
  • Algunos bebés nacen muy adormilados por los fármacos, pudiendo durar el letargo varios días. Este sopor impide que el bebé mame con frecuencia, poniendo en riesgo su salud por falta de alimento, y la lactancia, que por falta de estímulo puede no producir leche en volumen suficiente.
Ascensión Gómez, Matrona

Después de haber pasado por un parto sólo puedo decir... ¡VIVA LA MADRE QUE PARIÓ AL INVENTOR DE LA EPIDURAL! la de sufrimiento que ahorran a las mujeres del mundo, gracias!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario