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martes, 31 de enero de 2017

Costumbres coptas egipcias II, los tatuajes de los coptos

Aunque en nuestros días está más que de moda los tatuajes en nuestra cultura occidental, sin duda, a lo largo de miles de años esta costumbre ha pasado por diferentes fases.
Parece ser que hace unos 5.000 años los antiguos egipcios ya utilizaban los tatuajes. Según los arqueólogos estos tatuajes podrían ser utilizados como símbolos mágicos y curativos donde se ven claramente "ojos de Horus" tatuados en el cuello de una momia egipcia.
Esta momia, en concreto es de una mujer.


Los coptos, a día de hoy se consideran los auténticos descendientes de los faraones, como ya comenté en este enlace que podéis releer aquí.

Así que, llegados a este punto, parece lógico que los coptos egipcios sigan con esta tradición milenaria, y eso es lo que hacen.
Es un rasgo más que les diferencia, en un país de contrastes.
Los musulmanes, según su religión, tienen completamente prohibido tatuarse el cuerpo de forma permanente. Punto a parte son los tatuajes de henna que son muy apreciados por las musulmanas en sus fiestas.
Así pues, los tatuajes están prohibidos por la Sharia, según la interpretación de algunos musulmanes. El verso que normalmente citan es el siguiente: El Diablo, según el Corán, dijo que "claramente los desearé [los tatuajes] porque alterarán la creación de Alá (el cuerpo humano debe permanecer inalterado por ser una creación perfecta de Dios). Y quien escoja a Shaitan (Satán) por guardián en lugar de Alá, sufrirá una gran pérdida".
Aquí se me plantean algunas dudas con respecto a algunos musulmanes y su afición por la cirugía plástica, por ejemplo... pero eso sería ya otro tema...


Bueno, el caso es que los coptos, desde tiempos inmemoriales, se han tatuado de forma permanente sus cuerpos. Tanto es así, que para ellos sus tatuajes no son una moda o un adorno, sino un signo de identificación, de orgullo y respeto a su religión.
Según cuentan, durante la invasión musulmana de Egipto, los niños pequeños de los cristianos eran frecuentemente secuestrados por los ejércitos musulmanes y adoctrinados en el Islam además de engrosar la filas de sus ejércitos.
Es por ello por lo que los coptos empezaron a tatuarse cruces en lugares visibles de su cuerpo, normalmente en el interior de la muñeca derecha o en el dorso de la misma mano y las mujeres incluso en la frente y el pecho.
Era una forma de marcar a esa persona como cristiano para el resto de su vida y que no pudiera ser adoctrinado como musulmán al estar su cuerpo "impuro" y marcado por la cruz cristiana.

La costumbre de tatuar a los niños desde bien pequeños sigue practicándose hoy en día (cosa que no me gusta nada, cada persona debe de ser libre de decidir sobre su cuerpo y su religión con la edad adecuada, por eso mi hijo no está tatuado. Cuando cumpla los 18 será su decisión tatuarse o no o hacerse percings o lo que quiera, mientras tanto no).

Hay diferentes modelos de tatuajes, desde los más simples de una cruz que suelen hacerse cuando son niños:

A tatuajes más complejos donde la persona, ya adolescente o adulto elige el modelo a tatuarse según sus preferencias estéticas o de culto, aunque siempre son tatuajes de contenido religioso.



Sin embargo, poco a poco, Egipto va dejando ver otra de sus caras. Ya tengo en mente otra entrada titulada las dos caras de Egipto.
Porque donde vemos tradición e inmovilismo, en realidad podemos detectar una ola de deseo de occidentalización que choca muchas veces con las generaciones mayores.
Parte de esa ola de occidentalización es el gusto por los tatuajes, ya sin contenido religioso. A esta ola de "modernidad" se están sumando también algunos musulmanes de cierta clase social y económica que intentan imitar la mayor parte de las costumbres o comportamientos occidentales como signo de modernidad.
Aquí os dejo un enlace sobre una convención de tatuadores en Cairo, ciudad que es un referente de modernidad para el resto del país. 
Esperemos que de verdad Egipto pueda salir de su sopor y avanzar hacia el siglo XXI.

lunes, 16 de enero de 2017

Cuando te decides a tener un segundo hijo


Desde bien pequeña tenía muy claro que algún día en mi vida deseaba ser madre. Me encantan los niños, soy feliz rodeada de ellos, atendiéndolos y enseñándoles. Si no fuera así, desde luego no tendría el trabajo que tengo, está claro.

Yo soy madre a tiempo completo... durante el trabajo soy madre de 20 pequeños monstruos cuellicortos... y cuando salgo soy madre de 1 medioegipcio de 5 añazos ya!!
Tenía claro desde el primer día que deseaba volver a ser madre... pero tomar la decisión de tener un segundo hijo no es tan fácil como la de un primero.
En ningún momento me daba miedo la parte física. Mi primer embarazo fue tan maravillosamente perfecto, ni una nausea en ningún momento, ni una molestia, ni un dolor... sólo la locura de las lloreras hormonales y tres mareos que casi terminan en desmayo durante el primer trimestre... bueno, y un sarpullido de un mes durante el segundo mes de embarazo (parece ser que mi cuerpo, propenso él a las alergias, notó que algo raro se cocía dentro y se me llenó el cuerpo de granos que picaban horrores!!)
El parto fue natural, sin dolores (gracias a Santa epidural y su nunca suficientemente amado inventor, junto con su amiga la oxitocina, claro) dos horitas de parto, tres empujones y... apañado!!!

La cuestión era otra... u otras!!
En primer lugar, una se plantea, tengo los recursos suficientes para darle lo mejor a este segundo hijo, igual que al primero, hasta su edad adulta?
En segundo lugar, pero igual de importante, la pareja está completamente consolidada y decidida por las dos partes a dar el salto y asumir al 100% sus responsabilidades?
En tercer lugar, seré capaz de lidiar con tanto trabajo y no morir en el intento?

Tras comprobar con el primer hijo que supone un esfuerzo brutal criar a un hijo trabajando a jornada completa fuera de casa... y la mierda de baja maternal que tenemos en España...los dos primeros años son una locura de dormir tres horas diarias y salir de casa como un zombie a trabajar y volver y seguir sin descansar... si a eso unes un niño mayor... la verdad es que es lo que más miedo me da de la decisión de tener un segundo hijo... y más teniendo en cuenta que todos te dicen que el trabajo no se incrementa el doble... si no el triple o mucho más!!!

El caso es que a la hora de tomar decisiones tan importantes... te lo piensas tanto que nunca encuentras el momento oportuno... así que llegas a un punto en el que, si de verdad lo deseas, te tiras a la piscina y que sea lo que Dios quiera!!
Pasemos de rompernos la cabeza y... adelante!! siempre adelante!!!