El domingo pasado fue el día de San Antón, o San Antonio Abad, patrón protector de los animales que suelen llevarse en procesión y son bendecidos por el párroco de cada iglesia.
Este es el primer año que tenemos a nuestros periquitos en casa, así que se me ocurrió que el medioegipcio y yo nos podíamos acercar hasta la iglesia parroquial para participar en la tradición y bendecir a nuestros periquitos y, de paso, estrenar el transportín que les compré por internet hace unos días.
Así que dicho y hecho, preparé el trasportín, les puse sus pellets ecológicos en el fondo, les añadí una barrita de semillas y frutas para su deleite y un bebedero con agua para que no pasaran sed. Preparé una mantita polar de cuando el medioegipcio era bebé para taparlos porque hacía un frío de esos de cuando el grajo vuela bajo... y me dispuse a la parte más complicada, "pescar" a los periquitos de dentro de su jaula para meterlos en el trasportín.
Como junto con el trasportín compré un desparasitador en líquido pensé que era el mejor momento para usarlo ya que de todas formas tenía que coger a los pajarillos...
Claro, yo sola no podía agarrar al animal y ponerle su dosis de líquido en la nuca y el coxis... así que le pedí ayuda al egipcio.
Yo sujeto al pajarito y tu les echas las gotas, fácil, no?
BUUUFFF!!!
El primer inconveniente fue "cazar" a los animales dentro de su jaula, que es bastante amplia, hay que ponerse unos guantes de tela gruesa porque dan unos picotazos de campeonato!! y eso que ya me dejan meter la mano en su jaula sin asustarse!! pero cogerlos es ya otro tema...
Como no había forma de cogerlos, el egipcio se impacientó y me pidió probar él con la "cacería", le dejé hacer, porque se supone que él ha estado más en contacto con animales desde pequeño que yo, como aquella vez que junto con su amigo iban al instituto en bicicleta a toda velocidad porque llegaban tarde y atropellaron a una pobre pata que además de protestar provocó la caída de su amigo y le dio una tunda de picotazos tremenda mientras el egipcio se tronchaba de la risa por detrás observando el espectáculo!!
El caso es que se llevó picotazos por todos los lados, gritaba y maldecía contra la pobre madre periquita del susodicho periquito y al soltar al pobre animal dentro de la jaula otra vez, no tuvo narices de sujetarlo el tiempo suficiente para ponerle el desparasitador, me di cuenta de que tenía sangre en una de sus alas el pobre animal. Con el forcejeo se había arrancado tres plumas de una de las alas y estaba sangrando, además del susto que tenía el pobre animal.
Ahí ya saqué la vena de seño, aparté a un lado al egipcio y por fin cogí al animal. El egipcio se disponía a ponerle sus gotitas en la nuca y la cola cuando al periquito no se le ocurrió más que girar la cabeza para picarle y la gota cayó de lleno en su ojo.
ME CAGO EN....
Menudo ojo se le puso!! lo que faltaba!! herido en el ala y encima el ojo hinchado!!
Rápidamente le pusimos sus gotas a él y a la hembra, los metí en el trasportín y fui a por su pulverizador para echarle agua en el ojo para limpiárselo lo más posible.
Si cuando digo que los egipcios tienen manos como pies... ay Dios Mío!!
Por fin conseguimos organizar todo y salir de casa para llegar hasta la iglesia.
Cumplimos con el ritual, los periquitos fueron bendecidos y volvimos a casa.
Por suerte el ojo del periquito se fue deshinchando poco a poco a lo largo de la tarde y no se lo tocaba ni rascaba, lo cual es buen señal. Con el ala es otro cantar, le molesta, está mucho rato arreglándose las plumas del ala como si le molestara y no puede volar, cada vez que lo intenta se cae al suelo de la jaula... espero que sea algo temporal y que cuando vuelvan a crecerle las plumas pueda volar normalmente otra vez.
La verdad sea dicha, es que para ser su primer San Antón fue bastante accidentado!!
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